Ante un único modelo, es sorprendente la variedad de interpretaciones que somos capaces de realizar. Tantas como artistas. Es más, si alguien pretende copiarse a sí mismo, se encontrará con una obra diferente. Porque cada trazo es único, irrepetible. Es imposible realizar los mismos gestos y en el mismo lugar.

Ni qué decir del color. Cada artista tiene su propia paleta personal e intransferible que va modificando a lo largo de su evolución en la vida.

.

Por tanto, la actividad creativa es una aventura en sí misma. No siempre sabemos a dónde nos conduce. Incluso, realizando un boceto previo, el resultado suele ser otro. Hay arrepentimientos, cambios de composición, un arreglo que mejora la idea inicial, etc.

.

Las posibilidades pueden ser infinitas, no se agotan.

.

Con mayor o menor técnica, con más o menos recursos, con genialidad o sin ella, la actividad creativa está al alcance de todos. Solo hay que echar a volar la imaginación y desinhibirse de prejuicios que restan frescura.

.

Otra cosa es el dominio de la técnica que, siempre, nos va a ayudar a conseguir nuestros propósitos. Conocer el oficio, dominarlo aumentará considerablemente la riqueza y calidad de la obra.

.

Por tanto, formación e imaginación son las grandes herramientas del artista. Si las desarrollamos a lo largo de la vida obtendremos generosos resultados, sin miedo al vacío. Nunca nos han de faltar recursos para encarar nuevos caminos. Y el camino hacia esa aventura, es lo más importante.